Imagina que los robots fueran ecológicos y autosuficientes, cargándose solos con materiales orgánicos que hoy consideramos deshechos. Este es el objetivo de Peter Walters, diseñador de la Universidad del Oeste de Inglaterra, quien junto con sus colegas ha creado un mecanismo que imita al corazón humano para bombear orina a una célula especial que convierte el líquido en electricidad, un combustible que podría alimentar a los robots.
El llamado EcoBot de Walters funciona gracias a una célula de combustible microbiana que contiene organismos vivos que al digerir la orina producen electrones, los cuales pueden ser almacenados para obtener una corriente eléctrica. Los investigadores ya han probado que se puede utilizar orina para cargar teléfonos celulares, LEDs, relojes digitales, ventiladores eléctricos y coches de juguete.
La bombilla que entrega la orina a los robots imita al corazón humano. Está fabricada a partir de materiales inteligentes, llamados aleaciones con memoria de forma, los cuales regresan a su forma original tras haber sido deformados. Walters espera que en el futuro su sistema pueda integrarse a las ciudades, obteniendo «combustible» de los urinarios públicos para hacer funcionar a la tecnología citadina.
Si bien la nueva bombilla genera más electricidad de la que consume, aún no es completamente eficiente. Los investigadores esperan mejorar el mecanismo para las futuras generaciones de EcoBot.